Este artículo fue publicado por primera vez en La Vanguardia el día 16 de diciembre de 2018
Todos los bits son creados iguales. Esta es la versión resumida de la definición de neutralidad de la red. La versión completa dice que esta neutralidad es el principio por el cual los proveedores de acceso a internet están obligados a tratar los datos que circulan por internet del mismo modo, que no las pueden discriminar o tasar de manera diferente dependiendo del usuario, contenido, plataforma, dispositivo o método de comunicación.
En la práctica esto significa que el proveedor que nos lleva la fibra óptica a casa no puede decidir si envía unos datos antes de que los demás o si los envía más o menos rápido. En un mundo donde se respete la neutralidad de la red todos los datos son tratados iguales: el Whatsapp con el último rumor tiene la misma prioridad que el último episodio de Stranger Things de Netflix, la partida de Call of Duty o un documento con las especificaciones de un fármaco contra el VIH, por extraño que parezca. En cambio, en un mundo donde no se respete esta neutralidad, el proveedor de acceso puede decidir qué datos prioriza. Por ejemplo, un proveedor podría ralentizar todo el tráfico proveniente de plataformas de vídeo digital como Netflix, Hulu o YouTube para favorecer su propia plataforma de vídeo, y podría obligarlas -a ellas oa sus clientes- a pagar un extra para garantizar un buen servicio.
Desde que Internet es Internet siempre ha funcionado así y la neutralidad está en la base del acceso libre y abierto a la red, y en última instancia es quien garantiza nuestro derecho de comunicarnos libremente en línea y de ahí su importancia; la neutralidad de la red permite y protege la libertad de expresión. Del mismo modo que su compañía telefónica no tiene ningún derecho a escuchar su conversación y decidir si le permite la llamada en función del tema de la conversación y del receptor, su proveedor de internet no debería decidir qué ve o publica en la red ni cómo. Es por estos motivos que también se conoce como la 1ª enmienda de internet en referencia a la enmienda de la constitución estadounidense que garantiza y protege la libertad de expresión.
Parece claro ¿verdad? Pues para Donald Trump y su administración, no tanto. El jueves pasado la Comisión Federal de Telecomunicaciones (FCC) estadounidense votó en contra las estrictas regulaciones sobre la neutralidad de la red impuestas por la misma comisión en 2015 bajo la administración Obama. A partir de ahora los proveedores de internet podrán bloquear, ralentizar o priorizar el tráfico de internet según su criterio. La única condición es que deben hacer públicas las restricciones que aplican. Básicamente con esta decisión la FCC otorga a los proveedores el poder absoluto.
De nada ha servido la oposición en forma de carta pública que más de veinte pioneros de internet han hecho llegar a senadores y representantes públicos. Personalidades como Vinton Cerf -considerado el padre de internet-, Tim Berners-Lee -el creador de la web- o el co-fundador de Apple Steve Wozniak, denunciaban que el documento de la FCC para la derogación de la neutralidad de la red contenía errores de base y que las premisas en que se basaba denotaban una incomprensión manifiesta de cómo funciona internet. Al otro lado Ajit Pai, abogado, presidente de la FCC y ex-miembro de la telecom Verizon. Según Pai internet no estaba rota en 2015 (cuando la FCC implantó las medidas que en garantizaban la neutralidad), que ya funcionaba bien autorregulándose y que el principal problema de la gente no es que el ISP los bloquee el acceso a los contenidos sino que el problema es la gente que no tiene acceso».
Discrepo de unos y otros. Mientras es claro y manifiesto que la propuesta de derogación de la FCC contiene errores de base (en esto no voy a contradecir a los padres de internet) creo que hace de McGuffin, que actúa como distracción. La comisión conoce perfectamente el panorama mediático actual donde las grandes operadoras son también creadores y proveedores de contenidos. El mismo jueves Disney compró la 21st Century Fox y eso incluye los estudios de cine de TV, las redes de cable entre otras muchas cosas. La compra incluye Hulu, el competidor de vídeo en línea que el ISP Comcast y Time Warner crearon para competir con YouTube.
Si todo esto te suena a demasiado en TV es porque sin neutralidad de la red la red se vuelve TV. Lo hemos visto tímidamente pero la nueva regulación abre la puerta a la limitación de datos y a la paquetización de servicios. Quiere sólo Facebook, Instagram, Twitter, Linkedin, Snapchat, Tinder, Flickr y Tumblr? Tarifa Social por 3 € / mes; quiere utilizar además Google Maps, Google Earth, Here, Tomtom, iCoyote y Waze? Tarifa Maps por 3 € / mes; Youtube, HBO, Netflix Vimeo, Dailymotion, Youtube Kids, Vevo, Rakuten TV, Twitch y Fox News? 8 € / mes, 17 si los quiere en HD. Y así todo.
Don McLean publicó la canción «American Pie» en 1971 en el álbum homónimo. La canción narra los hechos del día en el que murieron Buddy Holly, Ritchie Valens, y The Big Bopper en un accidente de avioneta, el 3 de febrero de 1959, ‘The Day the Music Died’ ( «El día que murió la música», según la letra de la canción). El pasado jueves 14 de diciembre de 2017 Vinton Cerf, Tim Berners-Lee y Steve Wozniak no murieron pero sí buena parte de la música que desde los 70 habían compuesto.
Por cierto, los paquetes de internet y las tarifas las he sacado de la web de Vodafone.
Este artículo fue publicado por primera vez en La Vanguardia el día 16 de diciembre de 2018